Es décima vez que vuelvo a iniciar la lectura de la actividad que tengo que redactar esta mañana, y es la décima vez que vuelvo a desviar la mirada para perderla otra vez en cualquier tontería.
Hoy no quería levantarme de la cama, quería estar ahí hasta que me dolieran las sábanas y la luz se empeñara en colarse por la ventana.
Hoy no hice ejercicio, tampoco comí lo que debía.
Estoy en ese temible punto donde estoy a punto de mandar todo a volar y no quiero pensar en nada, solo cerrar los ojos.
Por qué no puedo dejar de pensar? Quisiera desaparecer y con suerte aparecer en otro tiempo y espacio.
Tengo la música a todo, a ver si dejo de escuchar las conversaciones a mi alrededor y está vez logro escribir más de tres palabras seguidas en el documento que tengo enfrente y que estoy a punto de evadir por enésima vez.
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