Ya lo sabía yo; que iba a llorar y no me importó.
Pero entonces, por que no me deja de asombrar?
Hoy leí: "El Destino suele estar a la vuelta de la esquina, como un billete de lotería. Pero no hace visitas a domicilio. Hay que ir por él". La Sombra del Viento.
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Anónimo
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