Las letras me han acompañado desde que tengo memoria.

Recuerdo mi primer encuentro con ellas; estaba en mi primer año de primaria cuando tuve mis primeros libros con los dibujos animados que utilizaban para enseñarme a leer. Aún hoy los tengo en la memoria con gran cariño.

Cuando aprendí a descifrar los signos, un mundo nuevo se abrió ante mí. Caminaba de la mano de mamá por las calles mientras la mirada se me iba en cada letrero que aparecía al paso, queriéndome detener para hilar las silabas mientras ella tiraba de mi. Saber lo que decía me causaba un asombro indescriptible, todo lo quería leer, fue como descubrir un mundo nuevo donde no entendía porque no lo había conocido antes.

Mi primer amor y por eso uno de mis favoritos, fue "Mujercitas". Lloré, reí y soñé con ellas, creo que lo leí al menos tres veces y me imaginaba como cada una de las cuatro protagonistas. No lograba decidirme por una. Soñaba con tener cuatro hijas a las cuales poder nombrar como aquellas niñas. Ahora a mis treinta y tantos años de edad y con mi carácter un poco más formado, creo que terminé asemejándome un poco más a Josephine que al resto de mis amigas imaginarias.

La siguientes novela culpable de mi adicción a la lectura diría que fue Flores en el ático, junto con su secuela Pétalos al viento.

Y no puedo olvidar Cumbres Borrascosas, a la fecha sigue siendo uno de mis favoritos. Recuerdo que me impacto conocer que fue la única obra (novela) de Emily Brontë y lo triste que fue saber la corta edad a la que murió.

Cuando estaba en la secundaria, una vez hice una lista de los libros que había leído; si mal no recuerdo llené dos páginas, al día de hoy no podría volver a listar todos esos tomos.

"De parte de la princesa muerta", "Memorias de Cleopatra" y otras obras de Catherine Cookson siempre estarán en mi memoria como parte de mi adolescencia. Tiempo después generé una leve adicción a Anne Rice y recientemente he disfrutado a Ruiz Zafón.

Los libros siempre me han acompañado. Amo la sensación de transportarme a otra época, país y situación totalmente diferente, el ver y sentir esas historias, me dieron la oportunidad de tener realidades alternas a la que vivía. 

A la fecha sigo valorando el placer de encontrar un buen libro, ese que me lleve lejos de aquí; que me permita soñar y aprender algo diferente cada vez que me permito desaparecer de este mundo.

Dicen que los mexicanos no leemos, no estoy del todo de acuerdo con eso. He tenido la oportunidad de asistir a unas cuantas Ferias del Libro que han estado altamente concurridas. Creo que a aquellos que gustamos de la lectura; que no siempre tenemos los recursos para comprar un libro, buscamos métodos alternativos como descargas en línea, libros de segunda mano o simplemente los pedimos prestados. Considero que si el costo de los libros fuera más accesible, los números relacionados con las ventas sería mucho más altos. Estoy de acuerdo con que nos falta leer, creo que las personas que disfrutamos de este placer somos pocas; es preciso abrir la mente y alejarnos del televisor. Es una pena que aún en estos tiempos, se siga pensando en los lectores como un bicho raro o un ratón de biblioteca cuando hablan de un libro o cuando se les ve totalmente perdidos entre las páginas de la lectura.

Creo que si volviera a nacer, yo elegiría una carrera relacionada a los libros, me encantaría ser de esas personas que escriben las reseñas de las novelas, imagina: si mi trabajo fuera leer, no implicaría trabajo alguno.

Una de las cosas que más he aprendido a disfrutar es ir a un café y ver morir la tarde mientras disfruto de mi libro.

Cuando veo la lista de aquellos que tengo pendientes por leer en casa, imagino una pared llena de aquellos que me gustaría tener. Supongo que nunca serán suficientes, ya que hay más libros que vida...

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