La otra noche tuve un sueño extraño.
Ha llegado el otoño y con él, esos momentos en que me siento triste.
He estado soñando con besos... lo sé, es extraño, sobre todo cuando vienen de desconocidos en mis sueños.
Hace tanto que no... Ayer comentaba con mi mejor amiga que tal vez ya he olvidado como se dan; que seguramente estoy tan oxidada y que cuando alguien me bese habré olvidado todo y no sabré que hacer.
Tengo ganas de un beso profundo, de un beso que me robe el aire, de esos que me ponen nerviosa y forman un remolino en mi estomago, una aprensión en el pecho y me quedo sin saber que hacer con mis manos.
Un beso suave, que detenga el tiempo, acompañado de un abrazo, un beso que transporte, que me haga olvidar donde estoy, un beso que diga más que mil palabras.
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Anónimo
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