Durante los primeros
minutos me preguntó:
- "Qué ocultas?"
- "A ti nada Josh, lo
sabes"
- "Y a los demás?"
- "Realmente tenemos que
hablar de eso?"
- "Sólo si tú quieres".
Me tengo que recordar que sigo en la oficina y que no tengo con que llenar mis horas el día de hoy, que voy a reportar? “Vagando en los recovecos de mi mente”?, no puedo concentrarme. Hace tiempo que no me pasaba. No así.
Me he equivocado tantas veces y de tan distintas maneras que estoy 100% segura que esta no sería la peor.
Escuchando: “tu letra podría acariciar”.
No sería nada nuevo, mucho menos sorprendente.
Presagio de una muerte anunciada.
Me repito que debo al menos avanzar en un punto.
Y la música sigue: "yo soy tu alma, tu eres mi aire".
Ansíame, agótame, viérteme, sacrifícame.
Haz tambalear los cercos de mis últimos límites.
A veces siento que debería
ponerle un alto a esta cabeza mía, hay días en que las ideas dan vuelta como si
fueran mariposas y no se dejan atrapar, no puedo ponerles un orden, quiero
escribir tantas cosas y se me quedan estancadas.