Feliz cumpleaños atrasado. Te extraño papá. 
Hoy me sigues doliendo. Me haces falta.

Aquí está otra vez, corriendo sin sentido por las callejuelas ya tan conocidas y recorridas en más de una ocasión. Otra vez, sin más sonido que el de su respiración y el eco de sus pasos por las calles desoladas. Si tuviera que contar las veces que se ha visto en esta situación, seguramente no lo recordaría.
Cada noche es igual a la anterior, siempre regresa al mismo lugar. En está ocasión se encuentra frente a una de las plazas del pueblo, buscando algún lugar no explorado, un escondite nuevo, esperando encontrar una puerta abierta. Al fondo de la plaza: la iglesia y frente a esta, se yergue una antigua cruz de cantera labrada con figuras en relieve, el reflejo de la luz de la luna la hace lucir imponente. Se detiene un momento y nota que no estaba ahí la noche anterior. No tiene tiempo para reparar en eso y echa a correr nuevamente entre las calles empedradas. Se tranquiliza por un segundo al pensar que está noche no lo siente cerca, quizá en esta ocasión, tenga un poco de ventaja antes de que aparezca.
Se ha preguntado en más de una vez si es que él puede leer su mente, en algunas ocasiones pareciera que se anticipará a sus movimientos, y sin importar cuán rápido corra, siempre la encuentra, sin importar el escondite. La angustia es tan intensa, que cada vez que lo ve no puede gritar, los músculos se tensan y no puede dar un paso más. Aun así, ella lo vuelve a intentar, lo intenta hasta que logra despertar.
Las calles son oscuras, entre los lugares recorridos parece que el tiempo se ha detenido, recorre casas; puerta tras puerta, camas sin hacer, ventanas abiertas, cacharros de la cocina tirados por el piso como si el tiempo se hubiera suspendido súbitamente. Hoy puede afirmar que ya conoce cada rincón del pueblo y que siempre estará sola. En las primeras noches, esperaba encontrar alguien a quién pedir ayuda, sin embargo está convencida que nadie vendrá.
Se ha ocultado en el salón de clase de la pequeña escuela, en la clínica, la biblioteca, entre las oficinas rudimentarias, en las casas abandonadas, debajo de las camas, roperos y por supuesto, más de una vez en la iglesia; bajo las bancas, en el atrio, el confesionario; con las manos entrelazadas rezando y rogando despertar. Es inútil.
Siempre aparece él. Se impone ante ella como una sombra que le sigue a cada paso y en cualquier momento está a punto de devorarla, como si pudiera envolverla, consumirla.
Ella sabe quién es él. Su presencia es escalofriante, es alto, delgado, con una elegancia espeluznante, se eleva ante ella como si no hubiera nada más alrededor.
En una ocasión, mientras intentaba encontrar un nuevo rincón o alguna puerta abierta entre las calles aledañas a la iglesia, encontró un amplia casona abandonada, la entrada esta conformada por dos puertas de madera en relieve, de más de dos metros de alto y al pasar junto a ella pudo ver una pequeña abertura que le permitió colar algunos de sus dedos y hacer fuerza para empujarla después de algunos esfuerzos. A diferencia del resto de las casas donde parecía que el tiempo se hubiera detenido, como si las personas que las habitaban hubieran simplemente desaparecido, está parecía estar sola desde mucho tiempo atrás. Al entrar, se distinguía a media luz un zaguán amplio, algunos muebles y los restos de que lo debieron ser unas hermosas macetas. A su derecha encontró la puerta al salón principal, lo cual era claramente la sala donde se recibieran visitas, la capa de polvo que cubría el piso era tan gruesa que resultaba imposible adivinar el color de lo que fuese en algún tiempo una alfombra, la cual ahora se encontraba destrozada y hecha jirones por los roedores que habían hecho de aquel pueblo su hogar. Entre los muebles desolados y maderas podridas; en la esquina derecha a un lado de un gran librero, encontró un nicho en la pared; era lo más parecido a un hogar, todavía se lograban distinguir restos de carbón con el atizador recargado en la pared, ella lo tomó y después de algunos intentos logró entrar en el nicho, el lugar era tan pequeño que apenas pudo doblar las piernas y alcanzar el atizador para cerrar la puerta. Sentía el latir de su corazón contra sus muslos, no quería respirar por miedo a ser escuchada, pasaron algunos minutos y comenzó a sentirse aliviada, tal vez podría despertar en cualquier instante y al menos por esa noche todo acabaría. Estaba tan cansada que apenas lograba mantener los ojos abiertos y se pregunta cómo se podía sentir sueño dentro de un sueño. Cuando sentía su respiración volverse más tranquila y comenzaba a descansar, algo le sobresalto, abrió los ojos y vio pasar una sombra por el filo de la puerta, era él, una vez más la ha vuelto a encontrar. Ella prácticamente deja de respirar, pero no logra controlar el temblor que recorre su cuerpo, y torpemente hace un esfuerzo por mantenerse en silencio. En la puerta del nicho encuentra un pequeño orificio y a través del cual, la luz que entra por el ventanal le permite distinguir un ligero brillo en sus ojos; es la primera vez que lo ve tan cerca y apenas alcanza a apreciar su rostro, cae en la cuenta de que es tan bello, tan frío e inexpresivo, pareciera simplemente perfecto, sus facciones son firmes y refinadas, sin imperfecciones. Lo ve pasar a un costado y se queda helada, sin aliento, él regresa y a través de la pequeña comisura, sus ojos se posan en los suyos, unos ojos de un negro tan profundo que a través de ellos puede ver la tristeza del mundo entero, en esa mirada se refleja el dolor de las guerras, el vacío, enojo y podredumbre de la humanidad. Ella siente como le recorre un escalofrío por toda la piel y queda perpleja, helada.
Intenta recordar una oración, algo que lo haga desaparecer, implora ayuda y ruega despertar. Quiere abrir sus ojos, volver a la realidad. Él da un paso hacia ella, parece flotar, no mueve ni un músculo de su rostro, y ella ve ese brillo en sus ojos que es pura maldad. Cuando está a punto de tocarla, cierra los ojos y con un espasmo brusco, despierta.
Con la respiración agitada y las lágrimas en los ojos, se intenta tranquilizar repitiéndose una y otra vez que ha sido solo un sueño. Nunca había llegado tan lejos, por un instante sintió su aliento gélido sobre ella, mientras sus manos soltaban tontamente el atizador e intentaba inútilmente hilar una oración.
Siente el dolor de la tensión en todo su cuerpo, el cansancio la invade y no puede creer que ya es hora de levantarse. Trabajosamente logra sentarse, recoge su cabello y limpia los restos de sus lágrimas. Después de un baño rápido y café al vuelo sale corriendo al trabajo, le espera una larga jornada.
Casi todos los días son iguales, noches intranquilas y mañanas corriendo para ir a trabajar, un café para poder reaccionar y el día se le va intentando resolver los problemas interminables en la oficina. En ocasiones se siente tan cansada que piensa que no puede más. Al salir del trabajo, dos o tres veces por semana se dirige a la alberca para relajarse e intentar inútilmente dormir profundamente. Las pesadillas se han vuelto más frecuentes en los últimos meses, después de un periodo de ausencia donde pensó que por fin las había superado, han regresado.
Tiene miedo de que llegue la noche y se encuentre en el mismo sitio.
Esto realmente se ha convertido un problema en sus días. Ha buscado todo tipo de ayuda; desde pastillas para dormir, para la ansiedad, tés relajantes y terapias de todo tipo; ha acudido con incontables psicólogos, los cuales han analizado sus sueños, los han desglosado, minimizado, plasmado en dibujos y ha tenido representaciones donde le enfrenta con tontos diálogos infantiles; donde a pesar de intentar hacerse la fuerte, finalmente se descubre como una niña llena de miedos que no logra vencerle. No han faltado las relajaciones; yoga, reiki, hipnosis, retiros espirituales, ejercicio, lecturas y música especial para dormir, todo sin resultado. En ocasiones, incluso ha sentido que ha perdido la fe. Se pregunta: ¿Por qué ella?, ¿Qué es lo que quiere? y ¿Por qué siempre regresa? Cada vez que elige una aparente solución, después de calmar las cosas por un tiempo, en realidad solo acrecienta el problema.
A veces se pregunta qué pasaría si simplemente se deja alcanzar, qué sucederá el día en que deje de correr, en que logre dominar el pánico, el llanto y el terror que le provoca saber qué será de él.
A pesar de sus ruegos sigue sin obtener respuesta.
Esos encuentros nocturnos se han convertido en su secreto, sólo lo ha confiado a su madre, a su mejor amiga y a su pareja. Esteban ha sido muy paciente, ha soportado los sobresaltos nocturnos, los gritos y manotazos al aire, que de una u otra manera siempre acaba recibiendo. Hay noches en que simplemente la observa, acaricia su cabello y le susurra al oído palabras dulces para hacerla creer que todo estará bien.
Las oraciones de su madre y las propias solo parecen tener efectos momentáneos, sin embargo, después de un tiempo regresa a las calles aisladas.
La semana pasada intentó con unas pastillas nuevas, y esto le da unas noches de aparente tranquilidad.
Al paso de algunos días sin los sueños recurrentes, se atreve a pensar que se han ido definitivamente, al parecer, finalmente las pastillas han surtido efecto.
Para celebrar, Ana y Esteban han decidido pasar unos días fuera, se deciden por un lugar nuevo, no muy lejos de casa ya que finalmente buscan una ciudad con poco turismo donde puedan encontrar paz.
Ella por fin disfruta de noches sin sueños y comienza a sentirse bien.
Al llegar al hotel siente una extraña sensación, se siente incómoda, y sin darle importancia lo atribuye al cansancio del viaje. Como ya es tarde, prefieren ordenar las maletas en la habitación y descansar antes de salir a explorar la ciudad.
La habitación es rustica, pareciera una pequeña cabaña, una cama de dosel y cortinas pesadas que dan la sensación de poder ocultarse del sol a plena luz del día, hay vigas de madera en el techo y el cuarto de baño es amplio y elegante. Ana decide tomar un baño en la tina, encuentra unas velas y sirve un poco de vino, será la combinación perfecta. Mientras se introduce en la tina, percibe una fría corriente de aire, le resulta extraño para la época de año en que se encuentran, pero supone que Esteban salió del cuarto dejando la puerta abierta; así que finalmente se mete en la tina, da un sorbo de vino y cierra sus ojos. A los pocos minutos, uno de los vasos que están sobre el lavabo cae, quedando hecho añicos, como si en lugar de haber caído accidentalmente, lo hubieran estrellado con rabia. Ella se incorpora sobresaltada, y busca una razón lógica que expliqué que pudo haber pasado. Termina convenciéndose de que el vaso se encontraba sobre la orilla y que las toallas contiguas lo hicieron caer. Así que una vez más intenta relajarse, respira profundo y se permite disfrutar la sensación de las burbujas cubriendo su cuerpo; así pasan suavemente los minutos, da un pequeño sorbo al vino, y mientras se inclina a dejar la copa, se queda inmóvil, un escalofrío recorre su espalda, se siente observada, pareciera que alguien más se encuentra en la habitación acompañándola. Teme volver la mirada al no saber lo que encontrará, contiene la respiración, mientras un suave temblor se vuelve el dueño de su cuerpo; las lágrimas se acumulan lentamente en sus ojos y su garganta se convierte en un nudo doloroso. Con la respiración agitada y prácticamente paralizada, susurra de manera casi inaudible: — ¿Esteban?. Nada. Silencio. Su lógica le dice que no es posible que haya alguien más, pero cada célula de su cuerpo le indica lo contrario. Pareciera que él se encuentra ahí, atrás de ella, aspirando su aroma. Al paso de unos segundos, cuando está a punto de reunir el valor necesario para voltear la mirada, siente una caricia helada recorrer su espina dorsal, a la que vez que una voz grave le susurra al oído: Eres mía.
Ana no logra contener un grito agudo, la copa de vino cae de sus manos y sale corriendo del cuarto de baño. Tras un ataque de pánico severo, gritos y llanto, logra calmarse lo suficiente para narrar a Esteban lo sucedido. Tras largos ejercicios de respiración, consigue tranquilizarse y convencerse junto con Esteban de que solo había sido su imaginación. Se acurruca en sus brazos y cae rendida por el sueño… hasta las tres de la mañana, cuando un golpe sordo en el ropero que se encuentra al lado de la cama la despierta, mira a su alrededor sin encontrar alguna razón aparente, Esteban duerme plácidamente; así que después de dar mil vueltas por la habitación, finalmente regresa a su posición fetal entre sus brazos y vuelve a dormir.
A la mañana siguiente salen a caminar; el día esta soleado y disfrutan de una caminata tranquila, pasan el día entre restaurantes coloquiales, cafés, museos, librerías y jardines de la ciudad. De regreso al hotel toman un camino distinto, aunque algunas de las calles le resultaban extrañamente familiares; uno de los jardines la hizo parar en seco y tener la sensación de que se había encontrado ahí antes. No es la primera vez que tenía esa sensación de “Déjà vu”, pero al ser una ciudad coloquial considera que es normal ya que todas las ciudades históricas tienen características similares.
Al caminar por una de las plazas, algo la detiene, una cruz se alza frente a ella; la cruz de cantera con adornos en relieve, y tras esta, la pequeña iglesia; a la derecha, la calle empedrada se inclinaba hacía arriba al igual que en sus sueños, se quedó de pie, observando mientras su mente no logra entender qué es lo que está pasando, ¿Realmente había estado ahí antes? Quizá pasaron cerca la noche anterior camino al hotel. Se resistía a creer que ese era el lugar de sus pesadillas.
Cuando llegaron a la habitación ya era de noche, la sensación de pesadez que siente al entrar al lugar es cada vez más obvia, pero está tan cansada que va directamente a la ducha y enseguida se deja caer en la cama, en cuanto su cabeza toca la almohada sus ojos se cierran y finalmente cae dormida, sin notar siquiera cuando Esteban entra a la cama y la abraza.
Está soñando otra vez, se encuentra en un campo oscuro, sin iluminación, sin estrellas ni luna, hay árboles alrededor, se ve a sí misma tirada entre las hierbas, mientras lucha inútilmente con una sombra que le oprime el pecho mientras sus manos se cierran sobre su garganta. Después de intentar poner resistencia, repentinamente queda inmóvil. Sus manos, sus piernas; las siente como si fueran miembros inútiles que no responden sus órdenes. La sombra se mantiene sobre ella, escucha una risa sorda, apenas audible y siente una caricia gélida en el rostro. Las lágrimas empiezan a correr, no sabe qué hacer, intenta desesperadamente terminar una oración, la cual no recuerda ni como inició, siente como su cuerpo lentamente se hunde en el lodo sin poder hablar o gritar, la angustia la domina, y al paso de algunos minutos va perdiendo la capacidad de respirar, las manos en su garganta le están cortando la respiración. Finalmente la falta de aire es lo que la hace despertar. Un grito sale de su garganta y se levanta abruptamente, su respiración es agitada y esta empapada en sudor. Está tan asustada que no puede articular palabra. Esteban se sobresalta e intenta abrazarla repitiéndole palabras de amor al oído para decirle que todo está bien, que ha sido solo un sueño. Le ofrece un vaso de agua e intentan dormir nuevamente, antes, ella mira el celular, otra vez son las 3:14 de la mañana.
Al despertar se levanta agotada, se siente sin fuerza y aplica los pocos ánimos que le quedan para intentar sonreír y arreglarse un poco; al maquillarse nota las marcas de la noche anterior, tiene los surcos de tres rasguños que se extienden desde su mandíbula hasta la clavícula. Está asustada, pero su única defensa es convencerse de que tal vez se lo hizo ella misma, así que lo cubre con maquillaje y se alista para salir.
Durante el día, a pesar de sentir el cansancio, logra olvidarse de las pesadillas de la noche anterior, y sin notarlo, se encuentra en medio de una de las calles de sus sueños, ve el portón de madera donde logró colarse la última vez. Al principio no lo reconoce, pero frente a la casa hay una fuente incrustada en la pared igual a la de sus sueños, nota las similitudes mientras Esteban insiste en tomarle una foto al lado de la fuente; fue en ese momento donde su mirada se posó en la casa y siente como el miedo recorre su cuerpo.
No sabe que es lo que está pasando, se pregunta si se está volviendo loca, si los sueños de los que se ha intentado apartar durante toda su vida, la han llevado precisamente a este lugar. Siente angustia, la cabeza le da vueltas y un fuerte mareo la hace perder el equilibrio hasta hacerla desvanecer.
Cuando vuelve en sí, todavía se encuentran frente a la casa, Esteban tiene el rostro desencajado por la preocupación, no termina de entender qué es lo que pasa. Ana finalmente logra tranquilizarlo convenciéndole que se trata de la intensidad del sol y que la falta de agua seguramente le afectó. No puede apartar los ojos de la casa, hay tantas similitudes… todavía está recuperando el aire cuando el portón se abre. Con tranquilidad ve salir a un hombre alto, delgado, de cabello y ojos negros, con un porte impecable, viste un traje oscuro, y un sombrero de lado, su mirada se posa en ella, apenas unos instantes; la observa, inclina la cabeza a modo de saludo y sonríe. Ella se queda quieta, sin decir una palabra, el terror se refleja en su rostro mientras lo ve alejarse con paso ligero. Finalmente logra articular algunas palabras y con lágrimas en los ojos le pide a Esteban regresar al hotel.
Una vez en el cuarto, Esteban estalla: — ¿Qué te está pasando Ana? Me estas volviendo loco, entre tus ataques de pánico y tus silencios prolongados, ¡Ya no sé lo que está pasando por tu mente! Este viaje era para relajarnos y estás peor que antes. Creo que lo mejor es regresar mañana a casa y buscar ayuda, no puedes seguir así.
Después de una larga discusión Ana finalmente acepta ir con un sacerdote. Agotada por el llanto y los gritos, toma sus pastillas y cae rendida.
Cuando abre los ojos, se encuentra frente a la plaza, debajo de la cruz, sabe porque está ahí, siente el impulso de correr, pero los pies no le responden.
En la esquina izquierda ve su silueta, ahí está él. La observa con detenimiento, con  mirada acusadora, esta vez no avanza hacia ella; se deleita escuchando el golpeteo acelerado de su corazón, sabe que le pertenece, sabe que finalmente llegaría, no hay prisa, tienen la eternidad para estar juntos. Comienza a avanzar a paso lento, seguro, sonriente. Siempre le ha divertido jugar al gato y al ratón, especialmente con ella. En las contadas ocasiones que la ha perdido por un momento, ha bastado con aguardar un segundo para escuchar su corazón acelerado y percibir el suave y dulce olor al miedo, así, cada noche la ha encontrado, y al paso del tiempo ha logrado acercarse cada vez un poco más. La última noche casi ha podido tocarla. Sabe que no huirá, está noche será suya.
Ella permanece inmóvil, quiere correr, quiere gritar y suplicar que Esteban la despierte, ¡Por favor ayuda! ¿Por qué nadie la escucha? Qué está pasando, no puede separar los labios y siente como si sus pies fueran parte del pavimento.
Él finalmente se acerca, su respiración acelerada lo hace sentirse más exaltado, con la mano izquierda la toma por el talle y con la derecha recorre su cuerpo hasta llegar a su cuello, disfruta la sensación de tomarla con fuerza, es suya, esta vez nada podrá quitársela. Acerca los labios a su oído y suavemente le susurra: Por fin, mía.
A la mañana siguiente el sol se cuela por los resquicios de las cortinas en la habitación, Esteban se asombra de lo bien que durmió, desde su llegada al hotel no habían conseguido tener una noche sin sobresaltos. Da un breve beso en el hombro de Ana y rápidamente se levanta a encender la cafetera y lavarse la cara. La llama diciéndole que es hora de hacer las maletas, deben salir temprano para alcanzar a llegar a la parroquia donde solicitarán ayuda. Abre las ventanas, se estira y le grita a Ana: Vamos amor, ¡Ya es hora dormilona! Estoy preparando café.
Pero es inútil, no recibe respuesta, Ana… Ana yace muerta.

Carolina Esparza, Mayo 2015

No se porqué pero hoy tengo ganas de llorar. Precisamente hoy que tengo mucho trabajo y que necesito concentrarme es cuando no puedo controlarme.
Hace tanto que no escribía, que ya he olvidado como hacerlo.
A veces siento que no puedo controlar nada de lo que pasa en mi vida. Control, cosa curiosa, pareciera que en los últimos días esa palabra me persigue.
Tengo miedo. Miedo de no poder, de fallar, de seguir intentando avanzar a un lugar al que nunca voy a llegar. Miedo a dejar de creer, a caer en un vacío del que después ya no pueda salir. Siendo que me estoy aferrando a la pesquisa de un acantilado, donde estoy a punto de caer, intentando no mirar hacía abajo. 
Escucho a algunas personas hablar con positivismo de sus problemas y me parece tan extraño e irreal. Cómo se puede llegar al punto de ver las cosas "bien".
Parece que vivo en medio de un caos, uno que he creado y no se como salir. Hay días en que todo es tan confuso, y me siento desesperada.
Qué voy a hacer conmigo?

Quem? Quem sou eu? Que quer você de mim? Ainda, ás vezes eu quero fechar meus olhos e partir.
Deixar tudo.

Era uma pessoa igual a cem mil outras pessoas. Mas, eu fiz dele um amigo, agora ele é único no mundo...

Só palavras.


Hola pequeña..... siento tanto y a la vez tan poco que no se como expresarlo pero me encontré con un poco de ayuda...... Espero que te guste.....
Todo depende de la luz, de la manera de iluminar las cosas...
Todo depende de los contornos, de las interpolaciones y de las dudas.
Todo también depende de que el tiempo nos marque, de que los espacios nos den los titulares.
El verdadero problema es elegir entre perseguir las sombras o resignarse a ser perseguido.
Un extraño "To be or not to be" en este casi ser o en este casi no ser.
Salir desde las sombras o hacer las sombras perdurables.
Y en la última estapa del abismo después de liberar a los otros, a todos los que los son los otros, recordar, sin urgencias, QUE UNO ES EL PRESO.
Y a partir de alli liberarse........
Te quiero...

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a veces quisiera que las ideas salieran de mi mente tan fácil como sólo teclear las teclas al azar.  

hoy no puedo escribir.

He estado pensando... mala costumbre.

¿Qué quiero? A veces me parece como si tuviera que convencer al resto del mundo de lo que soy; pero yo soy lo que soy, así, simple y compleja, alegre y sombría, tengo esta dualidad que a veces me vuelve loca, a veces tengo esta paz y paciencia que me invade y disfruto, y de pronto llega ese fuego que me consume, me enciende y me hace gritar, ese fuego que las lágrimas no logra apagar.

No te doy miedo? Yo a veces me causo miedo, frustración y confusión. 

Quisiera que te quedaras, quisiera intentar tantas cosas, quisiera tener el valor para hablar.

Yo quiero todo! Puedo ceder, negociar, esperar, no molestar, pero qué pasará si un día quiero hablar? qué pasa si un día quiero un beso? un abrazo? quién me lo dará?

Me gusta darme, sentirme plena y no reservarme por miedo, me gusta soltarme, confiar, hablar, no necesito guardaespaldas ni un ente que replique lo que yo hago y pierda su identidad por adquirir mis gustos y pasatiempos, yo quiero alguien que conserve sus pasiones, gustos, ideales, decisiones y que si cree que lo vale; tome una parte de mi y la haga propia, para crecer, no para imitarme o perderse a sí mismo por intentar conquistar a alguien que no desea un doble, un papá, o niñero. Quiero un amigo, no un mejor amigo porque ese ya lo tengo; quiero una pareja, alguien con quien crecer, un amante, un compañero de alegrías y luchas, no será perfecto, lo sé, pero no busco la perfección.

Habrá tristezas, discusiones, silencios, pero los ratos buenos siempre superan los amargos. Quiero superarlos, quiero darte el espacio que necesites, pero que ese espacio no nos separe y se convierta en un abismo insalvable, no quiero asfixiarte con llamadas y mensajes pero quiero hacerte saber que aquí estoy, no pido un número de llamadas o palabras por día, sino ser ese impulso que nazca del corazón cuando mi nombre aparezca en tus pensamientos.

No quiero correr, hoy no quiero una vida contigo. 

Quiero disfrutar un camino juntos, pero no quiero ser sólo tu amiga, quiero algo más. 
Quiero ser alegría, no un simple juego. 
No llevo prisa, pero si quiero saber a donde voy.

"El amor es siempre nuevo. No importa que amemos una, dos, diez veces en la vida: siempre estamos ante una situación que no conocemos". Paulo Coelho


No se que hacer. pues no puedo hacer nada, solo esperar, otro día, otro mes, otro año.
No se que escribir. Estoy ... no se como.

El único lugar en el mundo que odio sin siquiera conocerlo. Hoy lo vi por primera vez en el mapa. Porque vuelvo a llorar? Me he dicho mil veces que ya he superado su muerte... hoy encuentro el punto en el mapa por casualidad y el corazón se me detiene y los ojos se me vuelven a inundar de lágrimas. Porqué? Tú ya te fuiste. No volveré a verte, soñarte o escucharte. Te he superado mil veces y te he llorado un millón más.
Odio tu existencia Xicotepec, quisiera ir y gritarte que te odio con la intensidad de mi alma, que quisiera convertirme en tornado para arrasar y destruir tus caminos y tus campos, convertirte en cenizas, sacudir tus cimientos, volverte añicos y olvidar que existes. Olvidar que fuiste el lugar que me arrebató lo más amado. Gritar con todas mis fuerzas que te odio. Odio el hecho de no poder olvidar tu nombre, odio querer ir y ver quién eres, pararme al pie de la carretera, ver el infinito e intentar perdonarte.
Perdonar que te interpusiste en su camino, a un paso de llegar a su destino.
Decirte que no sólo tomaste una vida, en tu egoísmo te llevaste también parte de la mía.
El día que te llevaste a mi padre, también me dejaste a mi muerta en vida.




La inmensidad de la nada. El silencio. El grito ahogado sin palabras. El infinito de posibilidades vacías. Simplemente nada.

Fue mi norte, mi sur, este y oeste unidos,
mis días de trabajo y mi domingo;
mediodía, medianoche, canciones y palabras;
pensé tener por siempre el amor: me equivocaba.

Apagadme del todo este cielo estrellado.
Quiero envuelta la luna, y el sol desmantelado.
Vaciad el océano, los bosques arrasad;
nada sirve de nada, y todo esta de más.

W. H. Audren 

Pues con la novedad... de que no gané, nada... 


Con lo que me cuesta sentirme "bien" en estos días... no sé que pasa pero hoy me siento un poco menos mal, será la emoción de poder hacer algo diferente?
Será la incertidumbre y la emoción de la espera por saber si ganaré el premio.
Será la música de hoy, el café de la mañana, el cielo nublado, el beso de mi madre y las lágrimas que todavía luchan contra mi por querer escaparse sin permiso.
No todo esta bien, aparentemente nada ha cambiado. Pero hoy admití que no puedo con mi vida y que no se que hacer.
Increíblemente hoy me siento un poco mejor.
Hoy tengo ganas de cantar, hoy tengo ganas de escribir de nuevo.
Y bueno... ya será lo que será.

Toda flor tem sua cor;
Já você, não tem a sua;
Pois és folha, folha seca,
Sem perfume, sem beleza ...
... Sem amor!! 

Alex Mendes

Así me siento. Esperando que un poder Divino arregle mi vida, o al menos dé una señal de que debo hacer.
La voz de un amigo me dice que permanezca tranquila. Sé que no puedo ser impulsiva, no estoy en la mejor situación para hacer lo que me de mi rechingada gana. Pero al menos en las letras lo puedo hacer... Que pasaría si pudiera hacer lo que me de mi gana?
Vamos por partes. Que llevo prisa.
Renunciaría a mi trabajo, les diría que se queden con sus estúpidas revisiones de presupuesto. Sé que nadie es indispensable, así que mi trabajo seguramente se lo pasarían a algún geniesillo nuevo recién egresado y contratado por 3 pesos; o quizá lo repartirían entre los compañeros que permanezcan en el equipo. Les diría, que me cansé de esperar a que se abra un proyecto que me de la oportunidad de crecer, donde pueda aprender y tomar decisiones. Les daría las gracias y me iría con una sonrisa y la dignidad bien alta.
Iniciaría una empresa de consultoría.
Me iría de la casa, sin preocuparme si hago bien o no. Me compraría un pequeño lugar, tranquilo, sin pleitos, sin gritos, un lugar del cual sentirme orgullosa de llamarlo mio. 
Vendería mi carro y me compraría uno nuevo para dejar de preocuparme cuando va a fallar.
Viajaría, viajaría mucho, a lugares nuevos, sin preocuparme si voy sola o acompañada. Solo por el placer de conocer y afrontar mis miedos.
Cambiaría mi cuerpo y empezaría de nuevo.
Si hiciera lo que me da mi gana... me acercaría sin temor a pedir un beso, sólo por el gusto de hacerlo y de sentir unos labios cerca de los míos. Tendría el valor para pedir una noche en unos brazos tibios y dejar pasar el tiempo sin reparos.
Dormiría hasta que me dolieran los ojos.
Iría por un masaje y disfrutaría del silencio y de las manos recorrer mi cuerpo.
Quisiera bajar los muros, tirar las defensas que tantos años me ha costado levantar y que hoy ya no se si me sirven como lo hicieron en su momento.
Diría que te quiero sin temor a perderte y a perderme a mi misma en este torbellino que hoy llamo "vida".

Por motivos personales, a corto plazo se restringirá el acceso al publico en general.

Si usted desea continuar leyendo las sandeces que se escriben aquí, favor de mandar un correo solicitando su acceso a la siguiente dirección.

carolain101@hotmail.com

Gracias querido lector.



Les recuerdo que los odio.

A cada fio de cabelo, um universo,
A cada centímetro deles uma estrela,
E assim brilhando pude percebê-la
Iluminada, me inspirando versos.

Vi o teu sorriso, fronteira de uma vida
Surgir (de um sonho) como um sol de inverno
E uma voz macia sair num tom terno
Hipnotizando a minh'alma envaidecida.

És calmaria da brisa ao entardecer,
És o que eu quero sem ao menos saber
A única razão de meu porquê. 

És milagre que me exorta,
És você! pintura de minha mente,
Real, na minha frente, nada mais importa.

Alex Mendes

Entre las tonterías de la charla sin sentido, hoy te recordé. 
Pensé en ti y me dolió el pecho.
Extraño tu voz, casi la puedo oír.
Quisiera verte y decirte cuanto te quiero, cuanto te extraño.
Me haces falta mi Bito adorado.
Si pudiera volver el tiempo atrás... con gusto lo haría para darte un beso más.

A Boemia é um demônio de cordas,
Uma garrafa vazia de cachaça na mão,
Amores perdidos, esquecidos, sofridos;
É água da chuva caindo no chão.

A boemia é uma casa vazia e sem teto,
Espelho tão velho que não reflete nada.
São pés descalços na areia da orla,
Pegadas e guimbas por sobre a calçada.

São versos sentidos de tão solitários,
Rostos inchados molhados de lágrimas
É o pobre sem terra sem nada na vida,
É a puta fodida num motel de estrada.

É estar sozinho na mesa de um bar,
Como um pierrô fantasma a beber
No preto e branco dos filmes antigos,
Ser músicas perdidas do lado B.

É tocar violão embriagado,
Como se fosse o último dia
Esquecer das ressacas passadas
Em mais uma noite vadia.

A Boemia é o bêbado desmaiado.
Morto por dentro, corroído por fora
Um incompreendido, um pobre coitado,
Que não deixa saudade quando vai embora.

Boemia é isso, perder as palavras,
Na sobriedade não ver a própria sombra
Sentir o corpo e espírito enfraquecidos,
Na realidade que o assombra.

Mas a maior dor do Boêmio,
É cantar, falar, escrever,
Palavras de uma vida inteira,
Sem ninguém pra escutar, ler ou entender.

Alex Mendes

Obrigada por suas letras, querido Alex, é um honra ter você aqui.

Como diablos se puede querer tan fuerte? sentir como se te hincha el pecho cuando piensas en esos angelitos que no son tuyos pero se siente como si lo fueran.
Anoche soñé que tenía un bebé, es curioso, hace tiempo en que al pensar en tener un hijo, en este punto de mi vida, ya no lo veo como una posibilidad, la verdad no me veo como una madre, creo que si lo llegará a intentar no me saldría nada bien, posiblemente mi hija terminaría odiándome o algo similar.
Creo que no necesito tener un hijo porque ya se lo que se siente querer con ese amor incondicional, sé que es sentirte orgullosa de los logros de esa personita cuando la ves brillando y alcanzando sus metas aunque esté lejos de ti, sé lo que es extrañar tanto que duele (literal). También conozco el otro extremo, ver aquel al que cuidaste y quieres tanto, no hacer nada con su vida, verle batallar y no lograr nada, saber que por su gusto va a tener una vida complicada y no poder hacer nada, más que sentir tristeza.
Mi pequeña, allá lejos, donde estás, recuerda que te quiero mucho más de lo que cualquier palabra puede expresar, te quiero con la fuerza del sol cuando brilla en toda su intensidad, te quiero tanto como cada granito de arena que cubre las playas, así mucho te quiero... como un cielo estrellado! 
Extraño ver esa sonrisa que ilumina cualquier lugar a donde va.
No tardes, te esperamos en casa.

Para su mayor información y tranquilidad, les aviso que la fiebre me hace llorar como niña chiquita desconsolada.  Te odio fiebre!

Es triste darte cuenta de que ya no puedes hablar con quien antes confiabas.

Un poco incomodo, sentirse juzgada.

una canción suave, los días nublados tienen ese don de hacerme sentir nostálgica. así soy; intensa, débil, fuerte y vulnerable. a veces tan frágil que una simple palabra, una mirada puede hacerme romper en llanto. hoy sería un buen día para escribir. escribir que te quiero, así, sin motivo, que te extraño, que tengo unas ganas increíbles de un abrazo sin palabras, de hacerme bolita entre tus brazos mientras reposo mi cabeza en tu pecho. que no quiero hablar, que solo necesito un abrazo sin tener que explicar que me pasa. que hoy quiero tirarme en el suelo de madera y ver como se muere el día por la venta, mientras dejo ir los cientos de minutos sin reparo, sin remordimiento en dejar ir mis suspiros, mis momentos, mi vida contigo.

Siempre pensamos que habrá más tiempo para expresar sentimientos, agradecimientos, los te quieros o los dolores guardados.
Los días se van tan pronto.
No siempre vemos el regalo de Dios cuando nos da un día y otro para despedirnos.
Posponemos, aplazamos, evadimos.
Espero que el alcance de algunas palabras como: "la quiero mucho" y "gracias por todo" engloben todo lo que le quise decir. Cuando hay tanto que expresar son tan cortos los momentos y escasas las palabras.
Hoy me despido de ud por última vez. 
Siempre, siempre tendrá un pedacito de mi corazón.
Gracias y de verdad la quiero mucho.
Ahhh y mi mamá le manda saludos.

Un lugar para estar en paz, para olvidarse del mundo, para ir a respirar aire puro, escuchar el silencio, sentir el rugido del mar y la arena bajo los pies.
Encontrado por la persona que más carece de la misma.
Cómo es posible encontrar un paraíso así solo para llegar a dormir?
No hay lugar mejor para dejar ir las cargas al compás del aire y disfrutar la ausencia de las palabras. Para perderte entre letras, escuchar una bella canción y si se necesita... gritar un poco.
El sitio perfecto para escuchar al corazón, aunque se viva de prisa.
Para variar, es bueno permitirme recibir un regalo de este tipo sin sentir que de alguna manera terminaré pagandolo. Todavía hay quien da sin esperar nada a cambio más que compañía.
Me encanta nadar en el mar, es una sensación de libertad maravillosa, ver los peces, sentir el agua, gritar en silencio.
A pesar de todo, hubo cosas buenas.

Tengo mucho que agradecer, tengo amigos  maravillosos que me quieren y con los que siempre puedo contar.
Tengo una familia maravillosa que es el soporte y razón más grande de felicidad en mi vida.
Tengo un hermano con un corazón noble.
Tengo un trabajo.
Tengo dos perros latosos y adorables.
Tengo salud (a veces).
Tengo mis libros, música, el aire, el cielo y las nubes.
Tengo a la mejor madre del mundo mundial.
Tengo un padre en el cielo.
Tengo unos abuelos que me cuidan desde allá.
Tengo a la mejor amiga de regreso.
Tengo una cabeza pensante.
Tengo miles de ideas que circulan libremente y sin restricción.
Tengo un techo bajo el que abrigarme y una cama para mi sólita.
Y con todo esto... me faltas tú. 
Con todas las bendiciones que me rodean las lágrimas tiene el descaro de cobrar vida propia y hacer lo que quieren con mi ojos. Goteando lentamente; así como la gota hace un surco en la piedra, así las lágrimas han dejado un hueco en mi pecho.

Soy una mala persona Soy una mala persona Soy una mala persona Soy una mala persona Soy una mala persona Soy una mala persona Soy una mala persona Soy una mala persona Soy una mala persona Soy una mala persona Soy una mala persona Soy una mala persona Soy una mala persona Soy una mala persona Soy una mala persona Soy una mala persona Soy una mala persona Soy una mala persona Soy una mala persona Soy una mala persona Soy una mala persona Soy una mala persona Soy una mala persona Soy una mala persona Soy una mala persona Soy una mala persona Soy una mala persona Soy una mala persona Soy una mala persona Soy una mala persona Soy una mala persona Soy una mala persona Soy una mala persona Soy una mala persona Soy una mala persona Soy una mala persona Soy una mala persona 

Sonidos, acordes, palabras inútiles. Les escucho hablar en la comida sobre trascender, reencarnación, dolores, rutinas y planes para vivir una vida mejor.
Creo que pocas veces me he quedado tan callada como hoy. Siento un peso en el centro del pecho, algo que duele, que no me deja respirar y entre más consciente soy de la pesadumbre de mi alma, más fácil brotan las lágrimas.
Hace tiempo no tenía estas ganas ilógicas de cerrar los ojos y olvidarme de todo lo que pasa, al fin y al cabo el mundo seguirá girando sin mi.
Y si solo contengo un suspiro, quizás deje de respirar. 

Tengo las palabras echas bolas en la garganta, tanto que quiero decir y, simplemente no encuentro las correctas.

Siento un dolor hondo, punzante cuando pienso en ella, cuando pienso en él. No puedo hacer nada y no quiero molestar, pero no quiero que deje de pensar que aquí estoy, que aquí estaré siempre.

"Un café con sal, ganas de llorar. Y hoy solo quiero creer que recordarás las tardes de invierno por Madrid, las noches enteras sin dormir, la vida pasaba y yo sentía que me iba a morir de amor, al verte esperando en mi portal, sentado en el suelo sin pensar que puedes contar conmigo para siempre y no puedo evitar echarte de menos mientras vas la mano a mi tiempo y te vas, yo siento que quiero verte, verte y pienso que recordarás las tardes por Madrid, las noches enteras sin dormir..."

Siempre pensé que cosas como estás iban a pasar algún día, es el ciclo normal de la vida. En algún momento, hace años, me imaginé acompañándolo en momentos así, pero no quería que llegara. Supongo que nunca hay un buen momento para estas situaciones. Y ahora no se que decir, que pensar, que sentir.

Estoy profundamente triste.

El saber que ninguna palabra servirá de consuelo me deja en un silencio inútil. Nunca se que decir en estos casos.

Lo mejor será permanecer en silencio.

No lo olvides, aquí estoy. Te quiero infinito y por siempre y para siempre.

He perdido la inspiración, llevo un mes casi sin escribir y todavía nada. Había pensando en escribir algo bonito, pero luego leo todos esos mensajes positivos que todo el mundo envía y menos ganas me dan de escribir.

Fue un año difícil. La tiroides me trae como loca, sube, baja, hipo, híper, a veces siento que pierdo la razón... cansada la mayor parte del tiempo, la espalda torcida....

Lo malo: Deudas, gastos y más gastos... termine el año con más deudas de las que inicie.

Lo bueno: los viajes, conocí dos nuevos estados y viaje con quién no pensé que lo haría.

Lo mejor: Un nuevo amigo.

Creo que no hay años mejores que otros, me sé afortunada porque gracias a Dios hoy nos permitió estar juntos y sanos. Mi familia esta en casa: sana, feliz, riendo, gritando y platicando.

Veo los colores en la mesa, los restos de los platillos, bebidas de colores y postres.

No hay fiesta, no hay música, solo platicamos pero estoy a gusto aquí. Me gusta. Los quiero.

Estoy cansada. Tengo sueño, tengo un poco de miedo por lo que viene el siguiente año, pero estoy dispuesta dejarme llevar hasta donde pueda llegar.

Tengo ganas de un abrazo, un beso.

Bendiciones, es encontrar alguien en la distancia con quien conversar, en quién confiar. Tener a mi familia junta, trabajo y sueños por los que trabajar.

Dios mío gracias por este año en que tocaste mi corazón de una manera inesperada, de una manera que no podría imaginar.

Gracias por que nos has bendecido con un milagro más.

2015: estoy lista!!


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